Joe
Dispenza, doctor en Quiropráctica, bioquímico y neurocientífico
"Si
quieres otra realidad, debes convertirte en otra persona"
Tengo 50 años. Nací en Nueva Jersey y vivo en las afueras de Seattle.
Casado, tres hijos. Me especialicé en cardiopatía e imagen cerebral. Soy
profesor en la Universidad de Atlanta. Creo que tenemos capacidad de crear
nuestra vida y que a través de nosotros se expresa lo divino
La ley del cambio
Nuestra personalidad y nuestra realidad se han
construido según cómo pensamos, actuamos y sentimos. Con mucha disciplina, entrando
a diario en nuestro cerebro, podemos, según Dispenza, crear nuestra realidad.
En su último libro, Deja de ser tú (Urano), explica cómo y propone un
aprendizaje de cuatro semanas. Quiropráctico con una vida de película, tuvo una
lesión que le hizo replantearse las capacidades de nuestro cerebro y se
convirtió en bioquímico y neurocientífico. "Primero investigué las
remisiones espontáneas de enfermedades y analicé qué tenían en común las
personas que lo conseguían. Luego decidí reproducirlo, y todo lo que es
reproducible
Lleva años defendiendo que podemos llegar a controlar nuestra mente y la
realidad.
La mente determina la experiencia exterior, porque todo se reduce a campos de
energía, de modo que nuestro pensamiento altera constantemente nuestra
realidad. Es posible cambiar circunstancias de la realidad si sabemos cómo.
Pues debo de ser muy torpe.
Si sostiene los mismos pensamientos, si lleva a cabo las mismas acciones y vive
con los mismos sentimientos y emociones, su cerebro y su cuerpo seguirán igual;
pero cada vez que aprende algo establece nuevas conexiones que cambian
físicamente su cerebro.
Nos pasamos la vida aprendiendo.
No todos. Aun así, aprender no es suficiente. Has de aplicar lo que aprendes, y
cuando empiezas a experimentar las emociones de esa experiencia, entonces
literalmente das nuevas señales a tus neuronas y creas nuevas sinapsis: a eso
se le llama evolución.
Si fuera tan sencillo...
Siempre estamos creando un futuro, lo que pasa es que solemos crear el mismo,
reafirmamos nuestra personalidad. Vivimos dirigidos por una serie de
pensamientos, conductas y reacciones emocionales memorizados (temor,
culpabilidad, falta de autoestima, enfado, prejuicios...) que son muy adictivos
y que funcionan como programas informáticos instalados en el subconsciente.
¿Dónde está el cambio?
En ser más grande que las circunstancias de tu vida. O somos las víctimas de
nuestra realidad o los creadores.
Suena a autoayuda.
Si analizamos grandes personajes de nuestra historia, vemos que todos ellos
pensaron e imaginaron un futuro el suficiente número de veces como para que su
cerebro cambiara literalmente, hasta el punto de que sentían esa experiencia
deseada como si ya hubiera sucedido.
Primero crearon el cambio en ellos.
Cambiar significa ir más allá del entorno, el cuerpo y el tiempo. Podemos hacer
que el pensamiento sea más real que cualquier otra cosa, y lo hacemos a diario:
si estamos conduciendo por una carretera pero concentrados en nuestro
pensamiento, no vemos la carretera, no sentimos nuestro cuerpo y no sabemos
cuánto tiempo ha pasado. Ese estado es el que utilizamos para crear.
Absortos en la emoción.
Pero la mayoría de las personas están pensando en sus problemas en lugar de
pensar en las posibilidades.
Pero pensar en algo no lo hace real.
Una vez tenemos una visión, nuestro comportamiento debe responder a las
intenciones. La mente y el cuerpo deben trabajar juntos. Tenemos que escoger de
manera distinta de como hemos escogido para que pueda suceder algo nuevo. Si
quiere crear una nueva realidad personal, tiene que, literalmente, convertirse
en otra persona.
¿Cómo?
Mediante un programa de meditación desligada de misticismos que pretende que el
cerebro y el cuerpo no respondan de forma predecible. Se trata de que se
convierta en una habilidad, de abrir la puerta del sistema operativo, de todos
esos programas subconscientes donde realmente ocurre el cambio.
Pongamos, por ejemplo, la ansiedad...
El escáner de alguien con ansiedad o con depresión es el mismo: el cerebro
empieza a segregar química como si eso que teme la persona estuviera
sucediendo, y con el tiempo esa química se convierte en adictiva.
¿Cómo salir del bucle?
Meditación significa familiarizarse con. Si haces conscientes tus pensamientos
y tus hábitos automáticos y observas las emociones, empiezas a objetivizar tu
mente subconsciente. Si te familiarizas con los aspectos de ti mismo que crean
la ansiedad (o lo que quieras cambiar), durante la vigilia observarás cuándo
empiezas a sentirte de esa manera y serás capaz de cambiarlo.
¿Y a partir de ahí?
... Si decides quién quieres ser, cuál es el gran ideal de ti mismo, qué
pensamientos quieres tener, qué conductas quieres demostrar, qué emociones
quieres experimentar; si te recuerdas cada día quién ya no quieres ser y quién quieres
ser y empiezas a pensar en nuevas formas de ser, cuanto más pienses en ello y
más lo planifiques, más estás instalando los circuitos en el cerebro.
Cuanto más te observes a ti mismo, menos serás tú mismo.
Exacto. Si podemos enseñar al cuerpo a confiar en el futuro y vivir en la
alegría, creamos nuevas conexiones. Una atención clara y una emoción elevada
cambian el destino. Pero requiere disciplina. El simple pensamiento
positivo no funciona, porque la negatividad está instalada en el subconsciente.
Los cambios verdaderos consisten en ser consciente de tus reacciones
inconscientes.
¿Y qué dicen sus colegas?, ¿le tratan de esotérico, chiflado...?
Hay una división intelectual: tengo colegas que defienden teorías similares a
las mías y somos tan científicos como los que defienden modelos más
convencionales. Pero yo propongo que se pruebe y se juzgue.
Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet
09/01/2013