dissabte, 28 d’abril del 2012

"LO QUE MÁS TEMEMOS, LA MUERTE, NO EXISTE" Marilyn Rossner, doctora en Educación Especial, máster en Psicoterapia y médium

La misión de Marilyn Fue directora de educación especial en el departamento de psiquiatría del hospital de Niños de Montreal, disciplina que imparte en la Universidad Vanier. Dirige con su marido, sacerdote anglicano, el Instituto International de Ciencias Humanas Integrales, donde lleva 36 años organizando con el apoyo de la ONU (departamento de información pública) congresos sobre la evolución de la conciencia que reúnen a científicos y místicos. Cada año acude a África, donde colabora con oenegés que se ocupan de niños con minusvalías. Se la conoce por sus dotes de videncia y comunicación con los espíritus. Este fin de semana imparte unas jornadas sobre vida después de la vida en el hotel Barceló Sants. La gente debe saber que lo que más teme, la muerte, no existe, sólo es un cambio. Eso es una cuestión de fe. No para mí. Vivimos en un universo multidimensional. Hay diferentes planos de existencia con los que convivimos y yo puedo verlos. ¿Espíritus? Sí. Nosotros somos espíritus encarnados, y cuando morimos perdemos el cuerpo, volvemos a lo que somos: energías más sutiles. ¿Hay aquí espíritus con nosotras? Sí, siempre hay, de la misma manera que si se asoma a la ventana siempre verá a alguien. No es que los llamemos y hagamos que vengan, es que ya están aquí. ¿Desde cuándo lo sabe? Pertenezco a una familia judía que fue exterminada en los campos nazis. Mis padres, pobres y analfabetos, jamás me hablaron de ello, pero un día, a mis seis años, mientras comíamos, empecé a describir a todos los parientes muertos que estaban allí con nosotros y que sólo yo podía ver. ¿Qué hicieron sus padres? Me llevaron a un rabino: "Cuidadla bien -les dijo-, tiene un don". A los 14 años tuve la visión de que una amiga moriría en una fecha concreta y se lo dije a mucha gente. Al cumplirse la profecía empezaron a tenerme miedo, fue entonces cuando me di cuenta de que no todo el mundo veía a los espíritus. ¿Sólo los escogidos pueden verlos? Todos podemos percibirlos, especialmente de niños, cuando no tenemos prejuicios al respecto y cuando el miedo, no tanto a ellos como al qué dirán, no bloquea la comunicación. Hábleme de ellos. Venimos a la Tierra con guías espirituales que están con nosotros toda la vida, nos ayudan a comprender, a evolucionar. Y cuando morimos nos ayudan a abandonar el cuerpo y entrar en el mundo espiritual. ... Pero antes de marcharnos permanecemos un tiempo en la Tierra porque queremos hacer saber a los seres queridos que estamos vivos. Y normalmente todos nos quedamos a ver nuestro funeral. El último acto. Es entonces cuando las personas sensibles perciben acontecimientos especiales que tienen que ver con esa persona fallecida: aquella canción, una voz en el oído, un sueño, pasos, ruidos, golpes, inspiraciones... Todos solemos tener historias que contar al respecto. Así es, pero las evitamos. En lugar de eso podemos aceptar que todos somos espíritus y que cuando muramos seguiremos siendo espíritus. Podemos aprender a experimentar el mundo espiritual y a sentir su influencia. ¿De dónde cree que vienen las intuiciones o las ideas revolucionarias? De la experiencia personal o de captar y procesar la experiencia colectiva. Si acepta que la muerte es sólo un cambio de estado, será mucho más feliz, y eso es lo que nuestros seres queridos intentan transmitirnos antes de retirarse a un lugar de descanso. La paz vendrá cuando la gente perciba, sienta y toque ese mundo espiritual. ¿Sabe cómo es ese lugar? Sí, es un lugar muy activo en el que seguimos aprendiendo y evolucionando, y si es necesario volvemos a encarnarnos porque todos venimos con una misión que cumplir en la que podemos invertir varias vidas. Si lo recordáramos sería más fácil. Cada vez hay más gente que recuerda. Piense en las habilidades que tenía de pequeña, sus dones, eso le dará una idea de su misión. Pero en este momento una de las misiones más comunes es traer la paz. ¿Hay espíritus que mienten? Sí, son almas perdidas. A las personas debilitadas por las adicciones esas almas se les adhieren. Lo semejante atrae a lo semejante. Una ley universal y muy terrenal. La gente que mata y destruye tendrá que enfrentarse a ello. Se queda cerca de la Tierra para ayudar y enmendar ese error. Y dicen que elegimos dónde nacer. Sí, en qué comunidad, qué padres. Y cada uno de nosotros tenemos lo que necesitamos para transitar por esta vida, y esos guías que nos ayudan, unos a comprender las cosas, otros a sanarnos. ¿Y por qué nos sentimos tan solos? Nunca estamos solos, nadie nace solo, nadie muere solo. ¿Pues por qué no son más claros? Es una vibración diferente, pero cada vez hay más gente que desde diversas disciplinas se acerca a ella, incluida la ciencia. Estamos en una encrucijada en la evolución de la conciencia, y eso significa cambio. Es un momento muy emocionante. ¿Qué es morir bien? Lo mismo que vivir bien: no tener miedo a la muerte. No aferrarse. Todos venimos con un número de alientos contados, pero hay que entender que la vida es eterna y que cuando morimos nos reencontramos con todos nuestros seres queridos. Todo lo que usted cuenta es muy naif. Y muy real. Por desgracia lo negamos, y eso nos hace vivir fatal. Yo he trabajado con la madre Teresa, he sido reconocida por Juan Pablo II y recibida por el Dalái Lama. Todos han reconocido mi trabajo con los niños con minusvalías, pero sabían mi faceta de médium y nunca se la tomaron a broma. Usted se lucra con este mensaje. Yo lo cedo todo a las cinco organizaciones que atienden a niños con discapacidad física y mental con las que colaboro. Soy tan joven como un tallo de hierba y tan vieja como la eternidad. Nací y vivo en Montreal. Estoy casada desde hace 37 años con un cura anglicano. Nuestros hijos son los niños con discapacidad a los que damos apoyo a través de distintas organizaciones. Soy judía ortodoxa Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet la contradelavanguardia http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120427/54285553045/marilyn-rossner-lo-que-mas-tememos-la-muerte-no-existe.html

dimarts, 10 d’abril del 2012

"SEGÚN TE MUEVAS CAMBIAN TU MENTE Y TUS EMOCIONES" Graciela Figueroa

Graciela Figueroa, bailarina, coreógrafa y terapeuta psicocorporal

Empecé a bailar en una academia a los 2 años.
Reconocida por el Banco de Boston como maestra de todos los tiempos, ha trabajado como coreógrafa y bailarina en las compañías neoyorquinas de danza contemporánea Lucas Hoving y Twyla Tharp y en el Ballet Nacional de Chile. Fundó varios grupos en Brasil. En 1987 trajo a España el Espacio Movimiento-Río Abierto, formación para el desarrollo humano que combina lo mental y emocional con lo corporal. Asegura que el camino más rápido para alcanzar la alegría es el movimiento porque baja la energía aprisionada en nuestra mente. "Ponga música y baile", me insiste. "En un Evangelio apócrifo de san Juan, Jesús aparece bailando y dice: 'Quien no danza no sabe qué va a pasar'".
Precoz.
A los 3 ya actuaba en teatros y a los 9 era integrante de un grupo de vanguardia.

Y a los 20 era una coreógrafa famosa.
Tenía excelentes críticas, así que todo empezó a rodar; recibí varias becas (la Fulbright del Departamento de Estado de EE.UU., la Marta Graham, la Guggenheim Foundation) y me instalé en Nueva York.

¿Sin escollos?
Cuando tú estás en expansión, las cosas que necesitas vienen. Descubrí que lo que tú vales lo vales en cualquier parte, y ese es un descubrimiento importante.

Se trabajó por fuera y por dentro.
Desde muy joven fui consciente de mi sombra, de que todo lo que vivimos por dentro acaba saliendo, y de la capacidad que todos tenemos de transformarla.

¿A través del baile?
Sí, que es la potencia energética, pero también a través de las emociones y la mente.

Se hizo psicoterapeuta.
Viví en Santiago de Chile y trabajé con el psicoterapeuta Claudio Naranjo. Luego trabajé con María Adela Palcos, la formuladora del sistema Río Abierto, 13 años en Brasil.

¿En qué consiste ese sistema?
Es un trabajo de desarrollo humano a través de la expresión creativa y artística para encarnar en el cuerpo la alegría del alma. Ahora dirijo varias escuelas en el mundo que trabajan con este método.

¿Basado en el movimiento?
Trabaja con todas las posibilidades del cuerpo: el movimiento, la mente, la intuición y las emociones, para que recuperemos el poder de ser lo que queremos ser, para armonizarnos.

¿Y eso se consigue bailando?
Es evidente que bailando se transforma la energía. Moviendo el cuerpo se conecta directamente con la emoción y con el sentimiento. Según qué movimientos trabajes cambian tu emoción y tu mente.

Entonces, ¿es una manera de sanar?
Sobre todo es eso. A través de las heridas de la infancia aprendemos a reaccionar, y esa reacción se repite de manera mecánica a lo largo de la vida. Tomar conciencia de ello y trabajarlo nos permite dejar de ser víctimas y asumir nuestro papel de cocreadores.
Hay que aprender a dar a cada área su espacio: a la mente, al corazón y al instinto vital, para que puedan trabajar conjuntamente. Precisamente, uno de los problemas de nuestra sociedad es que la mente se impone sin escuchar al cuerpo.

Yo diría que son las emociones las que nos dominan.
No debemos temer nuestros impulsos sino confiar en que los podemos guiar, porque son parte del combustible para materializar nuestras aspiraciones.

¿Cómo podemos guiarlos?
Primero debemos aprender a honrar todo lo que somos aunque no nos guste, ya que lo que negamos saldrá por algún lado.

¿Usted propone domesticar la sombra, el inconsciente, bailando?
Sí, el cuerpo es el vehículo hacia la catarsis. Pero esta sociedad ha convertido el cuerpo en un objeto, ya no lo usamos como antes, cuando caminábamos kilómetros, cortábamos leña, danzábamos... Es esencial para nuestro equilibrio ponerlo en movimiento.

...
Ves a hombres grandes, altos, potencialmente fuertes, todo el día sentados frente a un ordenador; de ahí nace una agresividad que proviene de no usar la energía, la fuerza.

La gente va al gimnasio.
Sí, eso ayuda mucho, pero bailar con conciencia nos transforma. Despertar nuestra vitalidad en todas sus formas: la sexualidad, la fuerza, la alegría; la expansión del corazón, es una reeducación.

Pero la danza no te cambia la mente.
¡Por supuesto que te la cambia! La gimnasia física, emocional y mental armonizada te va haciendo elástica, te va soltando y creando nuevos circuitos cerebrales que se instauran a base de repetición. La inteligencia desligada de los intereses es muy clarividente, se convierte en sabiduría.

¿Todo eso, desde el cuerpo?
Créame, sí. Simplemente con que se moviera como nunca lo ha hecho, que pusiera en marcha esos músculos que jamás ha sentido, que se apoyara realmente sobre sus pies, que tomara confianza en su cuerpo, que aprendiera a respirar correctamente, notaría un gran cambio.

La creo.
Solemos tener la energía subida a la cabeza. Ya de niños tenemos que ser inteligentes o simpáticos para que nos quieran, es decir: tenemos que construirnos desde la mente. Para curarnos de esa desconexión debemos bajar las emociones al cuerpo y al corazón.

¿Usted cree que nacemos sabios?
Nacemos esencia, después vamos construyéndonos una personalidad: "soy artista", "soy médico", y nos separamos de nosotros mismos... Hay que retornar a la esencia y poner a su servicio la personalidad.

Bailando.
Lo emocional es el campo de crecimiento de lo humano, porque antes de que llegue al pensamiento la emoción ya ha llegado a todo el cuerpo. Cómo entra la emoción y cómo sale es uno de nuestros campos de trabajo, aprender a actuar en vez de reaccionar; por eso es importante trabajar en grupo.

Lacontradelavanguardia 09/04/2012 -
http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120409/54283091418/graciela-figueroa-segun-te-mueves-cambian-tu-mente-y-tus-emociones.htm